Aquí no inventamos nada. En efecto, leíamos el otro día en en ccma.cat/324 la siguiente información:
«Más de mil mujeres fueron asesinadas en Cataluña entre los siglos XV y XVII acusadas de brujería. Siglos más tarde, el Parlament aprobará una resolución para reparar la memoria histórica de las víctimas de aquellas ejecuciones institucionalizadas.
«Más de mil mujeres fueron asesinadas en Cataluña entre los siglos XV y XVII acusadas de brujería. Siglos más tarde, el Parlament aprobará una resolución para reparar la memoria histórica de las víctimas de aquellas ejecuciones institucionalizadas.
El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha defendido que es necesario "recuperar y mantener viva la memoria de todas las mujeres asesinadas fruto de la misoginia que impregnaba la sociedad catalana".
Según Aragonès, con la declaración que aprobará el Parlament se empieza "a hacer justicia con el pasado" y "se restituye la memoria de mujeres asesinadas en público, con crueldad"».
Aquí uno de los pocos que se toman las cosas con humor es Ramón de España, a quien no ha pasado desapercibida esta brillante iniciativa de nuestros bien pagados parlamentarios. He aquí algunos párrafos de Queremos brujas catalanas:
«Superado (más o menos) el escándalo de los veintiún afortunados que cobraban (y seguirán cobrando) del Parlamento catalán sin dar un palo al agua, tan noble institución se centra en lo que realmente preocupa a los ciudadanos de Cataluña, ya que lo del chollo de los prejubilators era, como todo el mundo sabe, un asuntillo sin importancia que solo ha inquietado a los resentidos anticatalanes de costumbre: la reparación moral de las brujas catalanas, asesinadas a granel durante el siglo XVII por todo el territorio Se trata, según nos cuentan, de denunciar la misoginia de tiempos pasados y de reivindicar a unas (prácticamente) pioneras del feminismo a las que habría que dedicar calles y plazas y reivindicar como las mujeres librepensadoras que fueron, sin olvidarnos de incluir sus hazañas en los programas educativos. Una vez más, en Cataluña descubrimos la sopa de ajo: que con la excusa de la brujería se aprovechó en el pasado para deshacerse de gente que molestaba. La cosa se extendió a España y a Europa [...] pero ahora y aquí nos vamos a limitar a reivindicar únicamente a las brujas, y con perspectiva de género, como no podía ser de otra manera. Así se alcanzan varios objetivos al mismo tiempo: 1) Se le da una nueva vuelta de tuerca al tema de la memoria histórica, que nunca viene mal para disimular las fechorías del presente. [...] 2) Se adopta una actitud supuestamente feminista. [...] 3) Se persevera en el regreso al pasado, que hasta ahora empezaba en el año mágico de 1714. Puede que parezca un paso pequeño retroceder del siglo XVIII al XVII, pero por algo se empieza y algo se les ocurrirá a nuestras fuerzas políticas cuando descubran que las brujas ya no dan mucho más de sí. 4) Se crean unos cuantos puestos de trabajo, pues alguien se va a tener que encargar de cazar brujas, en el buen sentido del término. [...] Rafael Ribó lo haría divinamente: hay que echarle algo ahora que ya no ejerce de defensor del gobiernillo, cargo en el que ha demostrado sobradamente su habilidad para la caza de brujas constitucionalistas (está dedicando sus últimos días como Síndic de Greuges a promocionar el espionaje idiomático en los colegios que tanto les gusta a sus amigos de la Plataforma per la Llengua). Menos encargarse de los retos del presente de una manera razonable, podemos esperar cualquier cosa del gobierno y el parlamento regionales».
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Esto es una ludoteca, aquí pagamos todos para que unos pocos jueguen y cuando dejan de jugar y se van a casa, continúan cobrando.
ResponderEliminarSaludos
Como dice nuestro admirado Lluís Bosch:
Eliminar«se ha descubierto que el Parlamento regional lleva más de una década de ignominia y corrupción, a la par que de declaraciones solemnes. Así pues, ahora sabemos que el templo de la soberanía del pueblo (del poble! el poble!) es un lodazal de trapicheos carísimos, carísimos para el pueblo, el mismo pueblo que lleva los estandartes a veces en forma de lazo amarillo in pectore».
Como de costumbre, justifican su sueldo revolviendo el pasado, y montando espectáculos folklóricos.
ResponderEliminarY a los problemas actuales, que no son pocos, que les vayan dando.
Y continúo con Lluís Bosch:
Eliminar«Quizás alguna vez sospechamos que el Parlamento catalán era demasiado folklórico o incluso kitsch, pero de repente sabemos que era un esperpento españolísimo, una feria de las corruptelas digna de Valle Inclán o de Berlanga. El grandioso director de cine valenciano se nos fue demasiado pronto, y sin saber que pudo haber filmado "El Parlamento Nacional" con sus marqueses y sus ujieres, sus solemnidades y sus bajezas. Y sus brujas, por lo que leo -atónito».
http://mildimonis.blogspot.com/2022/01/elogio-de-la-bandera-catalana.html
Penoso!
ResponderEliminar¿Alguien que no sea el Parlament de Catalunya puede tomarse en serio lo del indulto de las brujas asesinadas de hace siglos?
ResponderEliminarRamón de España lo comenta estupendamente en su artículo. MJ
Totalmente de acuerdo con los cuatro. Si no fuera porque es penoso, como califica Miquel el asunto, tendría su gracia. No nos hace gracia que cobren un pastón sin trabajar y sin hacer nada útil para los que les pagamos la fiesta; que sus únicas iniciativas sean de tipo lúdico o folklórico, removiendo siempre el pasado y aplicando la xenofobia más casposa en contra de su supuesto enemigo exterior. Un desastre, pero prefiero tomarlo a broma, no quiero amargarme la vida.
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