jueves, 1 de agosto de 2019

Hoy hace treinta y siete años

Este fiero piloto, que se diría a punto de tomar la salida en el Rally Osona-Guilleries, posando a bordo de su R-8 en Hostalets de Balenyà, es el padre de G.U. Hoy, uno de agosto, hace treinta y siete años que murió de repente en casa de su hermana Maruja, en los Montes Torozos de Valladolid. Fue en 1982, a esta misma hora, las 15:30.

Un gran tipo, algo adusto, y una buena persona, del que solo recibimos buen ejemplo. De él aprendió este bloguero a tener vergüenza y a ser honrado, que no es poco. Quizá por desgracia, también heredó algo de su hipocondría visceral, su falta de afición por los asuntos de dinero y nulo sentido comercial, pero no así su enorme capacidad de trabajo.

Fotografía: granuribe50 (fecha indeterminada)

Dicen que «hasta el mejor escribano echa un borrón». En efecto, las apariencias de la fotografía engañan, hemos de reconocerlo todo. Era un conductor malísimo, el peor que ha conocido G.U., a pesar de que era muy riguroso tomando anotaciones de número de kilómetros, consumo de gasolina según las revoluciones por minuto del motor, gasto de aceite, horarios de salida y duración exacta de los viajes, etc. Además, se sabía al dedillo la teoría acerca de cuáles eran las marchas que había que poner en cada momento, aunque siempre acabara circulando con la más inadecuada.

El caso es que iba siempre muy despacito, mirando el paisaje, pero quizá se excedía un poco en su prudencia, hasta el punto de generar larguísimas caravanas de decenas de coches intentando adelantarlo, y los que al fin lo conseguían eran tildados automáticamente de «cagaprisas». En fin, por suerte, uno no ha heredado sus condiciones automovilísticas, pero sí algunas otras.

5 comentarios:

  1. me gustó la descripción que hiciste de él, me hace pensar en un bello personaje.

    Y eso de andar a su ritmo también ja, saludos...

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  2. Afortunado de tener un padre así. Tener vergüenza y ser honrado son bienes al alcance de no muchos.
    Yo tuve progenitor.
    La descripción que hace de él conforme a su manera de conducir me ha hecho soltar una sonrisa. Tengo un cuñado italiano que se le asemeja. "Maaa defichentttteeee" es su palabra favorita. Un tipo que desde que sale de su casa pone el intermitente y no lo quita hasta que aparca.
    PD: Soy un enamorado de la boina, pieza cumbre por excelencia. Tengo una para el invierno y funciona de maravilla.
    Salut

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    1. Eso del intermitente, mi padre también lo hacía. Y apagaba las luces (todas, excepto las de posición) en deferencia al coche con el que se cruzaba, para que no se deslumbrara; todo un caballero.

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  3. Es que los Montes Torozos están para ser recorridos sin velocidad. Es un territorio de ausencia. Tanto que se llaman Montes pero nadie acierta a verlos como tales. Un extenso páramo que da -o dio en otro tiempo, que me lo conozco muy de cerca- para hombres adustos, severos, cabales y serviciales también. Como toda esta zona y otras de la región son de aluvión no solo geológico sino también sociológico y sobre todo extensamente curtida por la Historia no son sus habitantes gentes fáciles de comprender. Habría mucho que hablar sobre ellas. Cuénteme cuando quiera, y si quiere, no necesariamente de manera pública, esos orígenes de la Castilla profunda.

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    1. En efecto, nunca entendí por qué los llaman Montes, cuando aquello es plano como la palma de la mano, muy aptos para ser recorridos con toda calma. Por no hablar de sus atardeceres color "gorro de obispo", como los calificaban mis primos de allí.
      En cierto modo, el paisaje me recuerda al de Albacete, que quizá me gusta tanto por eso mismo.

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