lunes, 22 de septiembre de 2025

Sonata para abrir el otoño

«Yo recordaba nebulosamente aquel antiguo jardín donde los mirtos seculares dibujaban los cuatro escudos del fundador, en torno de una fuente abandonada. El jardín y el Palacio tenían esa vejez señorial y melancólica de los lugares por donde en otro tiempo pasó la vida amable de la galantería y del amor. Bajo la fronda de aquel laberinto, sobre las terrazas y en los salones, habían florecido las risas y los madrigales, cuando las manos blancas, que en los viejos retratos sostienen apenas los pañolitos de encaje, iban deshojando las margaritas que guardan el cándido secreto de los corazones. 
Pazo do Faramello (Rois, La Coruña)
¡Hermosos y lejanos recuerdos! Yo también los evoqué un día lejano, cuando la mañana otoñal y dorada envolvía el jardín húmedo y reverdecido por la constante lluvia de la noche. Bajo el cielo límpido, de un azul heráldico, los cipreses venerables parecían tener el ensueño de la vida monástica. La caricia de la luz temblaba sobre las flores como un pájaro de oro, y la brisa trazaba en el terciopelo de la yerba huellas ideales y quiméricas, como si danzasen invisibles hadas».

[Ramón del Valle-Inclán, Sonata de otoño (fragmento)]

sábado, 20 de septiembre de 2025

Sobre lo de Gaza y los ventajistas

"Bombardeo Alfombra" en Gaza
G.U. no es un analista de la política. No le interesa en absoluto, aunque la padece, para su desgracia. Pero ya "peina canas" y ve venir de lejos a los ventajistas, personajes que siempre le han molestado (como a su padre —"El Tirano"—, que no los soportaba). Nuestro bello y estilizado presidente es, en su modesta opinión, uno de ellos. Lo de Gaza es espantoso, un horror, no hay palabras suficientes en el diccionario para calificarlo. «Una grandísima cabronada», quizá sea la expresión que más se ajuste.
La franja de Gaza empiza a despejarse
Los sueños húmedos de Trump y Netanyahu, hechos realidad en el render de la «Riviera de Gaza»
Pero no nos acaba de gustar que se utilice esa enorme desolación como una herramienta política a la que agarrarse cuando vienen mal dadas, como piensa G.U., quizá erróneamente, que es el caso. Bien; se trata —el presidente antes citado— de un tipo listo, muy hábil, que ha recurrido a los muertos y a la emotividad, que eso vende. Ha encontrado en ello una «ventana de oportunidad», como se dice ahora. Casi acusa al PP de ser tan "genocidas" como el presidente israelí y de jalearlo, porque no utilizan esa palabra como hacen él y sus dóciles ministros, que repiten como loritos una y otra vez ese mantra.
Se le han sumado SUMAR y "activistas" de variado pelaje, esos que acuden allí donde pueden destrozar lo que sea. Ahora ha sido la Vuelta Ciclista a España, con la venia de nuestro apuesto Adonis, que ha estimulado a la masa, proclamando que admira a «la gente que se moviliza por una causa justa» (sic). 

Eso y el boicot al Festival de Eurovisión del próximo año, si participa Israel, constituyen los dos tercios del «paquete de medidas» adoptadas por el momento, porque lo de las armas... ya se irá viendo. No sabemos ustedes, pero G.U. no recuerda haber visto nunca a un presidente de gobierno bendecir a unos manifestantes vandálicos a los que su policía está intentando reprimir, dado que están impidiendo el desarrollo de un evento deportivo, con la consecuencia inmediata de decenas de heridos en sus filas.

Mientras tanto, los otros ventajistas buscan al unísono su propia «ventana de oportunidad» para contratacar. Intentan sacar rendimiento a la avería de las pulseras de alejamiento de los maltatadores. 

Esto es todo lo que hay. Y de lo de debatir a fondo y en serio sobre los muchos temas internos que nos afectan y preocupan a todos, ni está ni se lo espera. Nadie está por esa labor. Y en esas estamos. El Parlamento no sirve para nada más que para apretar el botón que indique el jefe y para increpaciones mutuas, aclamaciones a los suyos y pateos a los de enfrente. Da pena.

Perico Delgado en la que podría ser su última retransmisión en TVE
Y al pobre Perico Delgado, que comentaba muy bien la Vuelta a España y otras, están a punto de despedirlo de TVE por aventurar que «a esos grupos antisistema les da igual Gaza» y preguntarse si con eso se acabaría todo ese horror al día siguiente. ¡Ay, Perico!, cómo se te ocurre decir esas cosas...

viernes, 19 de septiembre de 2025

Robert Redford, DEP

Robert Redford y Paul Newman, en un fotograma de Dos hombres y un destino (1969)
Falleció hace un par de días Robert Redford. G.U. recuerda aún cuando irrumpió por primera vez en el cine. Fue en la película Dos hombre y un destino, de 1969, un año en el que pasaron muchas cosas. Alguna amiga de quien esto escribe, que ya estaba enamorada de Paul Newman, quizá el actor más guapo de la historia del cine, empezó a estarlo de un desconocido hasta entonces, Robert Redford.
Paul Newman, Katharine Ross y Robert Redford en Dos hombres y un destino (1969)
Por su parte, este bloguero de quien lo estaba secretamente era de Katharine Ross, pero no lo podía confesar muy abiertamente, para no desmerecer a la compañía. La conocía ya por El graduado, una gran película de un par de años antes, con Dustin Hoffman (se encumbró allí) y la música de Simon & Garfunkel, que aún escucha G.U. A los tres los pueden ver enmarcados en la foto, como se merecen.

Muchos pensábamos que ese actor no pasaría de ser el típico "tío bueno", pero devino un actorazo, que rodó y también dirigió películas magníficas. Además, promocionó films independientes muy buenos, a través del "Festival Sundance". Por cierto, el canal "Sundance", del propio Redford, dejó de emitirse por Movistar hará un par de años, y lo echamos en falta. Emitía buen cine poco comercial.

En fin, DEP Robert Redford. Lo acompañamos con una canción inolvidable de la banda sonora de esa película a la que nos referíamos, Gotas de lluvia sobre mi cabeza, de Burt Bacharach, un buen músico.

miércoles, 17 de septiembre de 2025

«El esfuerzo solo conduce al fracaso» (sic)

Cuando se implantó la ESO sustituyendo al BUP, hablamos de 1996 —la LOGSE, una ley de 1990 diseñada por el PSOE, pero secundada por doquier; se cumplirán treinta años en breve—, G.U. tuvo que asistir (obligado, por supuesto) a muchas charlas en las que unos psicopedagogos/as en nómina, muy bien adiestrados, nos cantaban (vía PowerPoint) las excelencias del nuevo sistema, ese novedoso método que abría las puertas de la fosilizada Enseñanza, herencia del franquismo, al siglo XXI.
Luego, ya "felizmente" funcionando ese invento, venía un sujeto de esos al instituto cada semana (los viernes de 13:30 a 15:00) a controlar cómo llevábamos el asunto y a juzgar lo que habíamos hecho bien o mal. Muchas veces nos amonestaba y marchábamos contritos a casa, dándole vueltas a las admoniciones de ese imbécil. Era una gran pelmada. En las programaciones, los contenidos pasaron a ser totalmente secundarios. El meollo: fraseología burocrática para intentar cumplir con lo que exigía el Departament d´Educació  (dejó de llamarse d´Ensenyament)basado en currículos simplones. Fue por entonces cuando empezó a demonizarse al profesor que pusiera merecidos "cates", ya que contribuía al "fracaso escolar" y acreditaba que no sabía motivar a los "niños". ¡Qué bien no estar ya allí!

Gregorio Luri, el autor de La escuela no es un parque de atracciones, asistió a muchas reuniones de esos iluminados, cuando elaboraban las estrategias que deberíamos seguir los profesores, en plan "argumentario". En su libro ha recopilado algunas de las fruslerías que allí se pregonaban. Aquí reproducimos un listado de ellas, un prontuario de frases que resumen el "nuevo espíritu" [Spoiler: se queda corto, aquello era solo el inicio; después la cosa empeoró, pero uno se acostumbra a todo].

Y de aquellos lodos estos barros. A la escuela va uno a divertirse (sin ningún trauma), a "socializar" y, como mucho, a hacer "proyectos colaborativos", de esos que se los curra uno (el empollón) y chupan tres. Lo de adquirir conocimientos... ya se verá; total, todo está en Google, a solo uno o dos clics.


• Los niños tienen que desarrollar competencias para la vida, no adquirir conocimientos de forma preventiva. 
• Uno de los estándares que se les pide a los profesores es dominar la materia. Yo quiero que me presenten a un premio Nobel que se atreva a decirme que domina la materia. 
• Es incoherente pretender implementar reválidas en la época de las inteligencias múltiples. 
• El estudiante del siglo XXI construye el significado. 
• Los alumnos que menos memorizan sacan mejores notas.
• Habrá sesiones de neurotrading para que os resulte más fácil la parte emocional y que tengáis menos dificultades para controlar vuestras emociones. 
• Si el niño crea lenguaje y pensamiento propio, es que ha aprendido. 
• Todo corrector es un facha. 
• Tenemos que devolver el placer a las aulas. 
 El esfuerzo solo conduce al fracaso.
• En la pedagogía tradicional el término esfuerzo tiene un significado muy concreto: está unido al dolor, al sufrimiento, al malestar. 
• Los deberes son una de las muchas estrategias de control de la pedagogía tóxica en la vida privada de cualquier estudiante. 
• La curaduría alternativa de contenidos es un tema clave dentro de la innovación en formación del profesorado. 
• El mobiliario escolar es un dispositivo de represión. 
• En la escuela antigua el objeto de estudio eran las disciplinas, y no la realidad.
• Profesores, seréis felices cuando renunciéis a enseñar. 
• Los libros de texto son un refrito de la realidad. 
• Las clases deben ser hechas por el alumno, no por el profesor.
• Vivimos una primavera de innovación educativa que obedece a la divergencia y a la inspiración de un nuevo siglo, pero también a nuestro desarrollo como humanidad. 
• La característica común de los centros innovadores es que les interesa que los alumnos sean capaces de generar su propia verdad. 
• Somos una escuela atrevida, porque somos pioneros en desarrollar proyectos no experimentados por nadie.

martes, 16 de septiembre de 2025

Sobre la exposición de Rubens en CaixaFòrum (y II)

Pasillo que conduce a la exposición sobre Rubens y artistas del Barroco flamenco  / [granuribe50]
Entramos en la exposición, aprovechando la gratuidad que otorga el ser clientes VIP de la Caixa, es un decir. Las escaleras que se habían bajado para llegar al mausoleístico vestíbulo se suben ahora para llegar a esas calles con edificios sueltos en los que, en cada uno de ellos, hay alguna exposición o la cafetería o nada. Unos toldos nos protegen, por si el sol nos calienta la cerviz o cae sirimiri.
 Rubens y los artistas del Barroco flamenco (Colecciones del Museo del Prado) / [granuribe50]
  [granuribe50]
La entrada está bien, con una serie de objetos evocadores de lo que era un taller de pintura en la Flandes del momento (en poder de España, ojo al dato). Vemos un retrato quizá de Rubens, bustos clásicos, marcos y hasta un morrión, el casco emblemático de los Tercios de Flandes. ¡Esto promete!
Rubens, El juicio de París y Apolo vencedor de Pan
¡Cuánta carne, cuánta sensualidad! exclaman los que solo saben de Rubens eso, las exhuberantes mujeres entradas en carnes que pintaba. Hay algunas en la exposición de CaixaFòrum, aunque no las famosas Las tres Gracias. Las vemos en El juicio de París o en Diana sorprendida por los sátiros.
Rubens, El juicio de París  / [granuribe50]
Rubens, Diana sorprendida por los faunos  / [granuribe50]
Pero Rubens, guste o no, era mucho más que todo eso, eso que ignoran los que solo viven de clichés, que son muchos. Hay retratos, mitología, historia sagrada, temas religiosos, etc. [Por todo eso a G.U. le gusta Pedro Pablo Rubens. Pero no todo ha venido a Barça, mucho y bueno se quedó en Madrid]. 

Aparte de la exposición, algo exigua, uno se entera mejor hojeando cualquier libro de arte dedicado al pintor, ya que ni siquiera han sido capaces de editar un programa de mano ni un catálogo en el que consultar cosas. El caso es que era un gran dibujante y pintor prolífico, sabía relacionarse y vender el producto y diseñaba la composición de los cuadros, en general de gran formato, en un plis plas.
Rubens, Una visitante contempla Apolo vencedor de Pan
Su figura creció mucho después de su estancia en Italia (1600-1608). Allí se sumergió en lo que hacían los venecianos, en lo que se cocía en Roma, en la obra de Miguel Ángel, de Tiziano, de Caravaggio...
Rubens, Muerte de Séneca  / [granuribe50]
Se empapó de las ruinas romanas, que luego incluiría en algunos de sus cuadros, estudió mitología, textos antiguos, etc. y volvió a Flandes con todo ese bagaje. Era un tipo muy, pero muy culto.
Rubens, bocetos para Nacimiento de Apolo y Diana  / [granuribe50]
A dibujar y pintar ya sabía de antes, ojo. Esos escorzos, G.U. no sería capaz de dibujarlos. Tampoco esos rostros o ese descendimiento. Son detalles de una exposición que la gente suele pasar de largo y no te encuentras a nadie delante, pero vale la pena detenerse a observarlos si se tiene afición al dibujo.
Rubens, Dibujos y preparatorio de Descendimiento de la cruz  / [granuribe50]
Con todo eso, nuestro hombre empezó a adquirir fama, hubo más encargos y, más pronto que tarde, tuvo que empezar a meter a gente en su taller; pero no a cualquiera, los escogía siempre entre los más preparados. Pero era un tipo honesto, al menos en eso, y a la hora de vender los cuadros, en lugar de fardar de que todos eran suyos, explicitaba lo que había hecho cada uno, junto al precio en florines.

[G.U. duda que algunos de nuestros arquitectos estrellas hagan eso. «No, solo di mi toque final y firmé el proyecto, que lo había diseñado menganito, un chaval que trabaja en mi despacho»].
Fragmento tomado del libro Rubens, Gilles Neret / [Taschen / EL PAÍS]
No olvidemos que estamos en Flandes, bajo dominio español, y en tiempos de la Contrarreforma. Rubens pintó una sola vez la "Inmaculada". Ya la hemos en este blog, junto a otras muy conocidas, pero ésta no la habíamos visto nunca "en vivo y en directo".
Rubens, La Inmaculada  / [granuribe50]
En su taller aprendieron Van Dyck y Jordaens, ojo. En cuanto a Jan Brueghel el Viejo (hijo de Peter), ya lo conocía de antes y no estuvo en su taller. En bastantes cuadros, Rubens hacía el boceto preparatorio y cada uno aportaba a ellos lo que mejor sabía hacer; el que pintaba bien animales o flores o paisajes o las joyas de las mujeres, y el maestro acababa de dar forma a todo. Ahora presentamos algunos hechos por Rubens en colaboración con Jan Brueghel el Viejo, el hijo de Peter, y por sus discípulos.
Rubens (figura) y Jan Brueguel el Viejo (paisaje), Isabel Clara Eugenia  / [granuribe50]
Rubens y Jan Brueghel el Viejo, Vista y Olfato  / [granuribe50]
Y aquí el extraordinario Van Dyck, que también se hizo un prestigio propio al margen de Rubens. Este caballero, encuadrado en ese paratoso marco con volutas jónicas, evoca a algunos de los retratos que pintó del rey Carlos I (no están en la exposición) o incluso a alguno de los que le pintara Tiziano.
Anton Van Dick, Retrato de Henri van den Berg  / [granuribe50]
Anton Van Dyck, Piedad / Jacob Jordaens, Piedad  / [granuribe50]
En fin, esto es un resumen de lo que ha visto G.U. hoy, complemento de obras que ya había contemplado en el Museo del Prado varias veces. Allí hay muchos, porque estuvo de embajador en España y pintó para Felipe IV. Pero el hecho de haberlas visto ya antes no nos exime de verlas cuantas veces haga falta, y ésta ha sido una de ellas. Se acaba la exposición con un bien elaborado montaje alusivo. Una habitación a la que pueden acceder los zagales, con el fondo de un trampantojo en el que, a lo lejos, se vislumbra el paisaje del cuadro Isabel Clara Eugenia mostrado más arriba.
Sala de la exposición, con motivos diversos  / [granuribe50]
Salimos contentos, pero, aun a sabiendas de que muchos de ustedes no son proclives a este tipo de pinturas, G.U. piensa que vale la pena echarles un ojo. Cosas de estas del Museo del Prado no aterrizan muchas por aquí y esta es una buena oportunidad. Pero no se me despisten, que a estas horas ya estarán empezando a descolgarlas, Juicio de París incluido.
Rubens, Montaje de El juicio de París

domingo, 14 de septiembre de 2025

Sobre la exposición de Rubens en CaixaFòrum (I)

Este asunto va a ocupar dos entradas en el blog. La de hoy son los preliminares de la visita.
 
Vamos pues con la primera de ellas. Dado que está a punto de acabarse, G.U. acudió al CaixaFòrum, en Montjuïc, para ver la exposición titulada «Rubens y los artistas del Barroco flamenco» (en realidad, trata de Rubens y algunos de sus más aventajados discípulos), con cuadros traídos todos del Museo del Prado, que los ha cedido para la ocasión (allí tienen bastantes, pero han traído solo unos cuantos).
El caso es que ya no puede tomarse una copita en la terraza de "La Pérgola", al solecito mañanero, como hacía antiguamente cuando iba por allí. Pero ese lugar cerró hace años y lo derribaron. No es raro, nuestros recuerdos desaparecen de esta ciudad a vuelapluma. Quedó un tiempo en su lugar una medianera muy fea, prolijamente ambientada después por nuestros grafiteros y "artistas urbanos", esos que guarrean persianas de locales cerrados, trenes y todo lo que "se pasen por el arco de triunfo".
[granuribe50 / (5/9/2025)]
Ahora han puesto eso que llaman "jardín vertical". Vimos cómo lo iban preparando y nos temíamos alguna imbecilidad, muy propia de nuestros munícipes. Pues no, no nos desagrada el resultado.
[granuribe50 / (5/9/2025)]r
[granuribe50 / (5/9/2025)]
Nos acercamos a CaixaFòrum y, en un lateral (calle México), acudimos a "rendir pleitesía" a una puerta lateral que retrató hace algún tiempo M.C. y publicó en su blog. La obra de ladrillo está muy bien y la arquivolta también. Enmarca un mural cerámico estupendo de Lluís Bru i Salelles, que representa a un dragón, con el logotipo (CC) del fundador de la fábrica, Casimir Casaramona (es lo más flojo de todo). Ojo, estos datos no los ha investigado G.U: nos los suministró en su día M.C. en una entrada que se titulaba: Lluis Brú. "Rajolista". Sábado, arte.
[granuribe50 / (5/9/2025)]
El caso es que están empezando ya a retirar los carteles anunciadores de la exposición, ya que se clausura la semana que viene, ojo al dato. Si les interesa la pintura barroca y quieren ver a unos buenos exponentes de ella (Rubens, Brueghel, Van Dyck, Jordaens) , no se me demoren. Exposiciones así no llegan todos los días a Barça. Está bien montada y los cuadros tienen buena luz, algo inhabitual.
[granuribe50 / (5/9/2025)]
Bueno, ya estamos abajo. De repente, un súbito contraste con el envoltorio exterior. Una arquitectura fría y minimalista, que casi recuerda a un mausoleo de vanguardia, nos acoje en su seno. Y entramos dentro, al vestíbulo. Si no fuera por el mural de Sol LeWitt, autor del mural titulado Splat! (o Wall Drawing #1011), situado a la izquierda de la imagen, y por lo de la tienda, todo sería aquí monocolor. Es en esta explanada que los papás y las mamás acuden con sus hijos a bailotear bastantes sábados, motivo por el cual G.U. declina acudir esos días a CaixaFòrum. Prefiere desierto ese hall.
[granuribe50 / (5/9/2025)]
En una próxima ocasión, hablaremos de la exposición, que, aunque bastante exigua de contenido, tiene cosas interesantes. Permanezcan atentos a la pantalla. Está "en construcción" y aparecerá en breve.

viernes, 12 de septiembre de 2025

Nuestra infancia y la de los zagales de ahora

G.U. recuerda su infancia. Hacía lo que le daba la gana, sin que nadie le controlara. Se subía a los pinos, robaba peras del vecino y salía huyendo, jugaba partidillos de fútbol de tres contra tres, en un campo de fútbol que era un patatal, y volvía lleno de magulladuras, con las rodillas raspadas. Hasta subió al Montseny (Coll Formic) en bicicleta con 10 años, chino chano, sin que sus padres se enteraran. En fin, tantas y tantas aventuras de aquellos veranos felices de su infancia... Eran la libertad absoluta.

Pero reconoce que «ni tanto ni tan calvo», quizá los padres evadieran demasiado el control. Son otros tiempos, mucho más inseguros. Pese a todo, le ha interesado mucho lo que ha leído hoy en el diario.
Ahora, Gregorio Luri, un buen tipo, nos identifica en La Vanguardia el problema de fondo: «los niños actuales se han quedado sin espacios en los que poder vivir sus aventuras». Frente a esto, el pedagogo defiende abiertamente que «los niños tienen derecho al juego libre y arriesgado», reconociendo que esta postura «da pánico» a los padres modernos. Casi todo su ocio está programado por ellos.
Cuando G.U. sale al balcón, asomado a una calle "pacificada" (pasa un coche cada media hora), oye a veces gritos de pánico de los padres que han ido a buscar a sus zagales a la escuela, que está en la esquina, en el momento en que uno de estos se adelanta un poco, tal vez buscando algo de aventura. Las angustiadas voces son: «Ves amb compte, que vindrà un cotxe!». O, si hay algún pequeño bache en su camino: «Vigila, que cauràs!». Uf, quizá esto sea mucho mejor que aquello, pero ¡que agobio! 


Bueno, todo esto viene a cuento con una historia que nos cuentan los telediarios y que nos ha parecido curiosa. Unos avezados zagales circulando en una especie de moto de juguete (pero eléctrica) por una calle llena de coches y autobuses. Como ha salido por la TV, la policía ya está en casa de los padres investigando, y la de Servicios Sociales también. G.U. piensa que a esos imprudentes zagales se les ha acabado hoy la infancia; quizá los lleven a un centro para reeducarlos y los padres se queden sin ellos. 

jueves, 11 de septiembre de 2025

La inclinación del eje del mundo y Javier Marías

Hoy se cumplen tres años de la muerte de Javier Marías. Según interpreta G.U. de la lectura de un libro, del que hablaremos luego, estaba en Sant Cugat con su esposa y se trasladaron a Madrid para una operación, en teoría sencilla, en su maltrecha espalda (y se contagió presuntamente de Covid, algo agravado por su condición de fumador —esto lo deduce G.U.—). Lo que iban a ser unos pocos días días en Madrid se convirtió en una larga agonía, que acabó precisamente el 11 de septiembre de 2022. DEP.
Javier Marías en su despacho, ante su máquina de escribir Olivetti, Olympia Carrera de Luxe (2016)
 (Fotografía de Carlos Rosillo)
De lo que supone la muerte de un ser querido, una persona tan especial como él, nadie mejor para contarlo que Carme López Mercader, la que fue su esposa durante treinta años. Lo hacía en un librito que se publicó el año pasado por estas fechas, titulado Duelo sin brújula, el que cierra el catálogo de la editorial que fundó Javier Marías, Reino de Redonda. Esta página expresa bien el espíritu de esa obra:
Carme López Mercader, Duelo sin brújula, Ed. Reino de Redonda (Septiembre de 2024)
Aunque G.U. no le llegara ni a la solapa, Javier era una persona a la que aún echa en falta y la sigue sintiendo próxima. Por generación (unos meses de diferencia de edad), por su manera de ver el mundo y por sus aficiones (aunque a él no le gustara nada la naturaleza, prefería lo urbano, había jugado de pequeño a las chapas como menda, le chiflaba el fútbol, el cine clásico, escuchaba mucha música...).

Hemos publicado aquí muchas veces extractos de sus artículos, lúcidos y cultos. También hemos mencionado en ocasiones las muchas críticas que recibía por "cascarrabias" o por "facha" (¡facha Javier Marías!, lo que hay que oír...). Aunque este último adjetivo quizá se deba más bien a que en algunos de ellos, solo cuando trataba de política, se mostró muy abiertamente en contra del procesismo. Y, en sus últimos años, también empezó a verle las costuras al gobierno actual del PSOE y a su jefe. [Ojo, se las vio antes a los del PP, Ánsar y "M.R.", también a Zapatero y, of course, a Pablo Iglesias y su banda].
Algunas novelas de Javier Marías (Mala índole es una recopilación de cuentos)
Y con respecto a sus novelas, G.U. se ha zampado casi todas. Le atrapa ese estilo sinuoso, execrado por muchos y muy buenos lectores. Pues sí, este bloguero en general suele preferir la sintaxis sencilla, casi barojiana —por ejemplo, la que Marías emplea en sus artículos—. Pero esa prosa compleja, de frases subordinadas, incisos y circunloquios le engancha también, de manera difícil de explicar. Y es que, en lo que respecta a la poesía y a la prosa, cuando le parecen buenas y no son cursis, lo acepta todo. Y como todo, es cuestión de gustos. No a todos nos agradan las mismas cosas. ¡Mucho mejor así! No le dieron el Nóbel y también mejor. Los que lo reciben se pueden llegar a inflar como pavos reales. 

Mucha gente —explica Carme— le comentaba que con un ordenador escribiría mucho más de prisa (él lo hacía con su máquina eléctrica). Pero su respuesta era siempre que no necesitaba para nada ese trasto, si lo que le gustaba era el acto de escribir, de corregir, de reescribir lo escrito, sin prisa alguna. 

En cuanto al contenido de sus novelas, Carme lo ha explicado en ese libro mejor que nadie, no en vano ella  figura en la dedicatoria de varias de ellas, incluso con hermosas frases alusivas a su relación.

«Hay gente que dice que siempre escribía el mismo libro. Yo tiendo a pensar que es gente que solo debe de haber leído uno, o tal vez ninguno.

Cada novela de Javier es muy distinta de las otras, ya se encargaba él de que así fuera durante los años que le llevaba escribirlas, aunque en una cosa sí tienen razón sus detractores: siempre hablan de lo mismo.

Del ser humano y los dilemas éticos y morales que al ser humano atañen; del secreto y la maldición que su conocimiento a menudo supone; de los propios límites y las íntimas decisiones de las que nadie se va a enterar; de la Traición, con mayúscula, pero igualmente de las pequeñas traiciones que cometemos, así como también de las que no son nuestras, pero vamos incorporando y cargando con ellas; de la lealtad, tanto la incombustible como la desechable; del sentimiento de amistad, incluso tras ver la mezquindad en el amigo; de todo lo que percibimos de los demás —y de nosotros mismos—, pero no queremos mirar, aunque nuestra mente sí lo haga; del poder sobre la vida o la muerte propias y ajenas.

Cosas tan difíciles de expresar, y a veces de elaborar, que mucha (muchísima) era la gente que le comentaba, por escrito o parándolo por la calle, que, al leerlo, se daban cuenta de que había reflejado exactamente lo que ellos pensaban y no sabían explicar».





Y ya que hablábamos de Javier Marías y de su aversión al procesismo, por ironías del destino falleció precisamente tal día como hoy. No despistarse: el 11 de septiembre siempre ha sido un día especial, con la ofrenda floral al héroe de la resistencia austracista Rafael de Casanova. Con mucho más mérito el pasado año porque corrió a cargo de alguien al que no se puede tachar de barsista. Vean:
[Fotografía: F.C. Barcelona / granuribe50]

domingo, 7 de septiembre de 2025

Gustavo Torner y el Museo de Arte Abstracto de Cuenca

Ayer falleció Gustavo Torner a los cien años de edad. DEP. Sin él, el museo del que hablaremos no existiría. El Museo de Arte Abstracto de Cuenca nació como consecuencia del espíritu coleccionista de Fernando Zóbel (Manila, 1924-Roma, 1984), un pintor de gusto exquisito y entrenado, con vastos (que no "bastos") conocimientos artísticos. Siempre creyó que el arte abstracto español estaba a la altura de lo que se hacía en otros sitios por entonces y que merecía un buen museo para exponerlo.
Reunión preparatoria: Zóbel, Gerardo Rueda, José Guerrero, Gustavo Torner, etc. en casa de éste (1966)
[Fotografía: Eric Schaal]
Hubo escarceos y muchas reuniones previas. En la de la imagen, el que está tumbado en el suelo es el anfitrión, un ágil Torner presidiendo el encuentro. Se ve un tórculo, sillones BKF (de Bonet Castellana), una salamandra de aparatoso tubo en ángulo con un hervidor encima, cuadros, un tablero con libros...

El caso es que el museo que imaginaba Zóbel acabó recalando finalmente en Cuenca en 1966, porque éste contó con la inestimable ayuda de Gustavo Torner, que había nacido allí en 1926 y que tenía entonces cierto enchufe en el Ay Untamiento, que era el propietario de las Casas Colgadas. Ambos compartían inquietudes culturales y artísticas [Fraga Iribarne aún no sabía nada del asunto].
Museo de Arte Abstracto, en las Casas Colgadas y Hoz del Huécar / [granuribe50 (19/7/1998)]
En 1965, Gustavo Torner abandonó la ingeniería forestal y se dedicó en exclusiva a las artes plásticas. Él fue quien dio forma al edificio, que nos gusta y sorprende todavía por su singularidad y belleza (¡no lo toquen!), que se extiende a través del abismo de los ventanales que dan a la Hoz del Huécar.
G.U. en el Museo de Arte Abstracto de Cuenca / [Doña Perpetua / granurube50 (19/7/1998)]
Es un museo estupendo, situado "en un marco incomparable" (como se suele decir), con preciosas vistas a la Hoz del Huécar. En él están representados todos los artistas del grupo "El Paso" (Millares, Canogar, Saura, Viola, Feito, Chirino...) y otros muchos (Zóbel, Torner, Rueda, Sempere, Guerrero, Palazuelo, Tàpies, Mompó, Oteiza, Chillida, etc.). Se lo recomendamos muy vivamente, aunque no entiendan ni jota de arte abstracto (G.U. tampoco es un experto, ni falta que hace serlo, ojo al dato).

sábado, 6 de septiembre de 2025

Cumplimos los compromisos: María Blanchard

Aunque la desilusión nos invada y muchas cosas nos desagraden, "nos queda la palabra" —diría Blas de Otero— y también la lectura y el arte. En esas estamos. En breve hablaremos de Rubens, pero hoy...

Hace ya un tiempo que G.U. tomó el "compromiso" de escribir algo sobre María Blanchard, una pintora por la que siempre ha sentido respeto y una gran admiración, al margen de la crónica lacrimógena que se pueda hacer de lo mal que lo pasó en vida, debido a su físico tan maltrecho. Como este bloguero siempre acaba cumpliendo sus compromisos... hoy ha llegado el momento de hacerlo. ¡Vamos a ello!


El cubismo comenzó hacia 1908; fue una creación de dos pintores en solitario, Picasso y Braque, un momento de experimentación que se mantuvo incluso durante la guerra del 14. Cuando todo indicaba que ese primer período estaba de capa caída, le sucedió un impulso y una continuación renovada. 

Y en ella encontramos a Juan Gris (1887-1927) y a María Blanchard (1881-1932), buenos amigos, que tuvieron su mejor momento creativo entre 1916 y 1920. Ambos partían de Cézanne y siguieron las huellas de Picasso y Braque, no inventaron nada nuevo, ni falta que hace. No ocupa mucho lugar Juan Gris en la Historia del Arte y todavía menos María Blanchard, de quien mucha gente desconoce todo.
María Blanchard en 1908
Eso ocurre porque ésta dedicó al cubismo solamente tres o cuatro años de su vida (aunque luego tuviera reminiscencias en obras posteriores). Pintó poco; era muy pausada en su trabajo; algunas de sus obras fueron atribuidas erróneamente a Juan Gris; la familia requisó a su muerte todos los cuadros que pudo y, por último, ella se dejaba ver poco por los cenáculos parisinos, aunque se sabe que las tertulias de los cubistas acababan siempre en el estudio de Blanchard, donde llevaba la voz cantante. ¡Quién lo diría!

Era, en efecto, muy valorada por sus compañeros artistas en el París del momento, aunque no tanto por los galeristas. Hoy en día su obra se encuentra sobre todo en colecciones particulares, y también en el Reina Sofía, en el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria (MAS), en el Pompidou, de París o en el Museo Picasso, también de París. Pero se ha tardado años en reivindicarla.


Veamos algunas cosas de ella. Nació en Santander en 1881 y vivió unos veinte  en esa ciudad, pero la oprimía el ambiente y decidó irse a Madrid en 1903. Tras pasar varios años allí, donde estudió dibujo y pintura (con mucho aprovechamiento), se marchó a París en 1908, con una beca de la Diputación de Santander. Allí fue alumna de Anglada Camarasa, nada menos, no podía encontrar mejor maestro entonces. Él la ayudó a desarrollar su talento y la libertad para huir de las ataduras académicas. 
María Blanchard, Composición cubista (1916) / Museo Reina Sofía
Por entonces, se hizo muy amiga de Juan Gris, un personaje decisivo en su devenir. Pero se le acabó la beca y, tras unos años inciertos, volvió a España, con ánimo de ser profesora de Dibujo de secundaria y tener una vida más estable. Obtuvo una plaza en Salamanca, aunque acabó absolutamente frustrada a causa de las burlas constantes de sus alumnos, por su físico contrahecho. La suya era una deformidad de nacimiento en la columna (su madre tuvo un accidente durante el embarazo) que siempre la marcó; ya sabemos que algunos zagales pueden llegar a ser muy perversos y a contagiar fácilmente al resto.
Pero era una mujer de carácter y gran determinación. Por tanto, siguió adelante con su vocación y, ni corta ni perezosa, volvió a París en 1912, donde se reencontró con Juan Gris, que ya estaba inmerso del todo en el cubismo. Aquí empieza lo que contamos hoy. Ella humanizó el cubismo; se podría decir que su tendencia a la emoción encontró en la disciplina cubista la manera de frenar su impulso trágico.
María Blanchard, Naturaleza muerta verde con lámpara, 1916-1917. Colección LL-A Madrid.
El dibujo severo y la voluntaria parquedad de la paleta (blancos y azules, grises —azulados, verdosos— ocres y amarillos, contrastando con el negro) reflejan un poco su personalidad; doliente, sí, pero siempre entera y resuelta. [Por cierto, esas tonalidades próximas al azul le gustan mucho a G.U.].
María Blanchard, obras de 1917
Mujer con guitarra / Sé buena / Mujer sentada
María Blanchard, Bodegón y caja de cerillas, 1918
Estas obras son ejemplos del momento de su proximidad a Juan Gris, que constituye a la vez el eje de la producción cubista de María Blanchard, centrada en la representación de naturalezas muertas, como Gris. Pero eran dos artistas con una sensibilidad diferente, que les llevó a distanciamientos frecuentes.
María Blanchard, otras obras de 1918
Botella y frutero sobre una mesa / Composición cubista con botella / Naturaleza muerta con frutero

Tora Vega Holmström, Retrato de María Blanchard (1921)
Blanchard abandonó el cubismo hacia 1921. Gris se enfadó mucho pero, al mismo tiempo, se alegró del éxito de público y ventas que conllevó el cambio de registro de la pintora. En efecto, empezó a tener mejor trato con los marchantes y a vender cuadros. No nos sorprende, eran buenos y más vendibles.
María Blanchard, Naturaleza muerta, 1922
María Blanchard, Bodegón, 1930
María Blanchard, La convaleciente, 1932
María Blanchard, Obras entre 1923 y 1930
El borracho / Niños

En fin, para acabar. Es una de las primeras mujeres que asumió el lenguaje de las vanguardias y tuvo que luchar mucho por su mala salud y contra la mentalidad hiipócrita de la época, por ser mujer y deforme. Los libros de arte y los museos no le han hecho ninguna justicia. No es fácil encontrar obras suyas ni en unos ni en otros. Aquí está G.U. para intentar darle el homenaje que merece. 

Y a otro que merece un homenaje, Juan Gris, su buen amigo en París, que alcanzó durante esos años una cumbre en su pintura, sintética, geométrica, plana, pura. Nos dedicaremos a él otro día.
Algunas obras de Juan Gris en la exposición del Reina Sofía Cubismo(s) y experiencias de la modernidad (2018)
1) La bouteille d´anis (1914); 2) Violon et guitare (1913); 3) La guitare sur la table (1913); 4) La guitare (1918) 
5) La table du musicien (1926); 6) Le jardin (1916); 7) La fenêtre ouverte (1921)