¡Ay, qué recuerdos! Mirando álbumes antiguos, G.U. ha encontrado unas fotos de
su primera visita al museo Guggenheim de Bilbao, allá por 2002, esa estelar
obra del arquitecto-estrella Frank Gehry.
Vayamos por partes, despacio: primero vamos con unas imágenes de aquella
primera visita. En ellas, lo que más le sigue gustando es el floreado
perrito Puppy. Qué tiempos en que uno era más joven, estaba más
estilizado y enérgico o iba a todas partes sin limitación alguna, salvo la
económica. En fin...
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Bilbao, Museo Guggenheim y el perrito Puppy / [granuribe50
(26/3/2002)]
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Bilbao, Museo Guggenheim / [granuribe50 (26/3/2002)]
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Bilbao, Museo Guggenheim / [granuribe50, fotografía de doña Perpetua
(26/3/2002)]
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Antes de seguir, adelantamos una cosa para que quede clara de antemano.
G.U. tuvo sus dudas y las sigue teniendo, pero ahora el Guggenheim le gusta mucho más
que entonces. Además, él nunca hubiera sido capaz de imaginar ni de realizar
algo así, por falta evidente de condiciones y porque no entiende que eso no sea
otra cosa que "arquitectura-espectáculo". Pertenece a la vieja escuela.
Él recuerda que hubo en una época, al principio, una especie de “cruzada
popular”. debida —se decía— a la ignorancia y la cerrazón de unas "clases
trabajadoras", incapaces ellas de entender lo que podía significar tener este
museo en el centro de la ciudad. NO, las clases trabajadoras bastante tenían
con ir a trabajar. Los movimientos de oposición nacieron y fueron dirigidos
desde sectores de la "inteligencia" vasca (sobre todo desde ciertos sectores
de artistas plásticos y arquitectos) y de partidos políticos.
Sigamos. Vamos a intentar ser ecuánimes, como siempre. Nuestro colega y
sin embargo amigo F.C., en una brillante entrada titulada
Receta para proyectar un edificio modernillo, establecía una especie de receta culinaria que —según él— suelen utilizar
algunos de los arquitectos-estrella, como sería el caso de Frank Gehry, aunque
es extensible a muchos otros a los que daremos de comer otro día:
Ingredientes:
1) Un estudio magnífico con decoración minimalista y con muchos
becarios,
2) Una gran masa de plastilina,
3) Muchas cámaras fotográficas,
4) Focos de leds y halógenos,
5) Programas informáticos de simulación gráfica y sistemas de
infografía de última generación.
Procedimiento:
1) El arquitecto de campanillas se viste de negro y toma una masa de
plastilina entre sus dedos,
2) Pide a su becario predilecto que encienda dos focos de leds
cenitales y un foco muy potente del lado izquierdo,
3) El semi-dios moldea con cierta desgana la masa de plastilina y la
coloca sobre un panel horizontal de policarbonato de color blanco,
4) El arquitecto hace alguna corrección sobre la masa y pide que se
vayan efectuando tomas fotográficas de la masa desde distintos
ángulos y con diferentes iluminaciones,
5) Realizado lo cual exige con autoridad que las imágenes obtenidas
se pasen a los planos en forma de imágenes infográficas,
6) Ordena que todo este material se envíe a otros estudios de
arquitectos eficaces, de calculistas de estructuras, de ingenieros
de instalaciones, de técnicos sensatos de construcción, para que,
aplicando muchas dosis de sentido común y muchas horas de esfuerzo,
consigan que aquel embrión de masa informe de plastilina pueda
sustentarse, que tenga una definición correcta de los espacios
interiores y que pueda construirse.
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Los Simpsons dedicaron su atención a Frank Gehry [Frank Gehry
aparece en los Simpsons en 2005 en el capítulo
The Seven-Beer Stretch y en 2009 en Maggie Roark]
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Esa es la visión de F.C., que es un poco "coñón", con perdón. También tenían
ese talante los Simpsons, que ya caricaturizaron en su dia al personaje.
Diferían de F.C. en que no lo vestían de negro (o gris), como suele ser
habitual, ni tampoco utilizaba las canónicas americana y pantalones arrugados,
de lino.
Por su parte, G.U. ha oído decir, proveniente de voces maliciosas, que Frank
Gehry tiene en su estudio a un virguero arrugador de papeles (folios, pero que
también trabaja en otros formatos, como A0, A1, etc.), un tipo con mucho arte; los arruga con criterio. A partir de ahí, se hacen fotos, surge la maqueta y
después, si se aprueba, se elabora el proyecto básico y el de ejecución,
adaptándose en lo posible a las formas del papel arrugado. Sería algo similar
a lo de la plastilina que se citaba más arriba.
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Bilbao, Museo Guggenheim, detalle de la estructura en el vestíbulo de
entrada [granuribe50 (26/3/2002)]
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¿Una leyenda urbana todo eso, tal vez? Y los ingenieros de estructuras, ¡uf!, que se las apañen para aguantar esa cáscara y
que no se caiga. Y sudaban la gota gorda para conseguirlo. ¡Menudos tinglados!
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[Imagen: Guggenheim-Bilbao.eus]
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Sí; uno imagina que los calculistas tenían que pasarlas canutas para que se
aguantara ese envoltorio superficial. Y si dentro se consiguían habilitar espacios
adecuados para las salas de exposición, para dotarlas de contenido (en esta
ocasión con la muestra de
Hilma af Klint), para el restaurante, para la tienda... En fin, la gente ha de pedir hora con semanas de
antelación y... Bilbao, una ciudad a donde antes no iba ni Dios (lo de ETA no ayudaba), ahora está plagada de turistas. ¿Qué más se puede pedir?