viernes, 15 de marzo de 2024

Iglesias, la "Taberna Garibaldi" (y Amalia Avia, ojo)

Amalia Avia en sus paseos por el viejo Madrid

La gran Amalia Avia, a la que hemos dedicado más de una entrada en el blog, recorría durante alguna época las calles del viejo Madrid, retrataba la fachada de los locales que le interesaban desde un punto de vista pictórico y luego, ya en el estudio, los inmortalizaba en sus maravillosos lienzos. Al volante iba su esposo el pintor abstracto Lucio Muñoz, que iba parando el coche allí donde le indicaba Amalia. Esto (y muchas cosas más) lo explicaba ella muy bien en su libro de memorias De puertas adentro.

Enlace a la web: Lucio y Amalia
Amalia Avia, Antigüedades Pedro López, 1978
Amalia Avia, Cervezas y vinos "La Zamorana"
Amalia Avia, El Japón en Los Ángeles, 1995

La barra de una taberna es un buen lugar para dar palique, echar rollos y recibirlos. Y si se escapa algún insulto que otro, "miel sobre hojuelas". La "España tabernaria" no espera otra cosa. Y Pablo Iglesias, pasada su "brillante" (comillas) época de Vicepresidente del Gobierno y con una etapa manifiestamente mejorable como tertuliano radiofónico, lo ha entendido bien y ha montado una taberna, como no podía ser de otra manera. Para ello ha comprado en el populoso barrio madrileño de Lavapiés un antiguo salón de peluquería que ya pintara en su día nuestra muy apreciada Amalia Avia. Por cierto, Iglesias ha tenido el detalle de mantener una parte de la fachada del local antiguo. 

Amalia Avia, Salón de peluquería
Pablo Iglesias posa en la puerta de la "Taberna Garibaldi"
[Tisbe y Amy / Lucía Etxebarría / granuribe50]
Pablo Iglesias posa ufano con su excartera de Vicepresidente en la puerta de la "Taberna Garibaldi"
[EFE / granuribe50]

Y, ¡ojo al dato!, esto es lo que hay en la carta. Lean. 'Salmorejo partisano', enchiladas 'Viva Zapata', carrilleras 'Brigada Garibaldi'. Pero no inquietarse, también hay platos veganos, como el 'No me llame Ternera'. Y para no quedarnos secos, cautivadores cócteles, como 'Fidel Mojito', 'Ché Daiquiri', 'Mandela Zulú', 'Gramsci Negroni', 'Durruti Dry Martini' y el 'Pasionaria Puerto de Valencia'. Si van por Madrid, reserven un hueco en su agenda para pasarse por la "Taberna Garibaldi". Está cerca del Congreso de los Diputados y de las Diputadas, un sacro lugar que se ha contagiado del más rancio estilo tabernario.

sábado, 9 de marzo de 2024

Bolaños está que se sale

Bolaños en su vibrante homilía frente al Congreso de los Diputados (9/3/2024) / [granuribe50]
Que Sánchez no es santo de la devoción de G.U. y prefiere hablar poco de él es un secreto a voces. Todo lo que se podía decir de ese sujeto ha sido dicho, aquí y en otros sitios. Pero parece ser que G.U. le ha tomado afecto al curita Bolaños, algo que no todos comparten. Aunque no nos lo admita, deja patente su gozo porque... le hace reír a mandíbula batiente. Algo que se produce cuando ese sujeto sale por TV predicando esas hilarantes y ridículas homilías, en las que pretende vendernos una futura y santa convivencia entre hermanos que no se cree ni él. Eso sí, lo hace como portavoz de los oscuros cambalaches de su jefe. Ya saben, ese tipo que nos está haciendo tragar como a patos todo aquello que a su vez le hace tragar un fulano al que teníamos casi olvidado, allá perdido en las brumas de Waterloo. [Pero, ojo, ahora reconvertido en copresidente in pectore de un gobierno ¡progresista y de izquierdas!] 

Reír (por no llorar) no puede ser malo. Hay que tener buen humor, nos recomendaba ayer el bloguero Daniel F., que también tiene a Sánchez un poco atravesado; y en esas estamos, apreciados lectores.

Carlos Boyero es un crítico de cine que tiene bastante mala sombra. Todavía escribe una columna en EL PAÍS. Una dicotomía se nos plantea: o está deseando que lo despidan (como a Savater y otros) o sabe que si ese diario (o quizá ahora tabloide) lo mantiene es para que no tengamos dudas de que es una periódico plural y sigamos comprándolo, pensando que así estaremos bien informados. JeJeJe. Hoy escribia, en su columna titulada Bolaños, encantado de haberse conocido, lo siguiente:

«Leonard Cohen hablaba en una preciosa canción de intentar ser libre como un pájaro en el alambre, como un borracho en el coro de medianoche.


Tuve sensación de lo último al escuchar en su discurso público a un individuo de apariencia entre grisácea y curil, pero progresivamente aguerrido por la certeza prepotente que debe otorgar el poder, que además de estar muy contento por la aprobación de la amnistía, también se felicitaba a sí mismo por su propio éxito. Creo que este señor es ministro de la sabia y ecuánime Justicia. Y digo, algo alarmante está ocurriendo en su cerebro cuando celebra su ego trip ante todo Dios, teniendo en cuenta que un tiempo atrás aseguraba fervorosamente lo contrario respecto a la amnistía. Pero su jefe supremo en el tinglado ya aclaró que las mentiras no existen, que sólo se trata de sensatos y realistas cambios de opinión pensando en el supremo bien de la Nación.

El desvarío de este hombre es tan escandaloso, anfetamínico y patético que hasta los guionistas de El intermedio, tan obsesivamente dedicados a la satirización de la fachosfera, necesitan reírse y burlarse de esa delirante autofelicitación. Lo que no me parece nada cómico, sino tirando a fétido, es que entre los numerosos amnistiados pueda estar una muy extensa familia que se enriqueció ilícitamente durante infinito tiempo a costa de aquel gansteril 3% que denunció hace tanto tiempo aquel político con personalidad y voz seductora llamado Pasqual Maragall. Al final resultará que la fortuna corleónica de los Pujol venía de una herencia familiar que recibieron en Andorra. Y por supuesto que eran los más patriotas. Todo es posible en nombre del sagrado progresismo».

jueves, 7 de marzo de 2024

Wagner, la cancelación y la orquestación

Y, ADEMÁS, UN TÍTERE QUE SE FELICITA A SÍ MISMO: BOLAÑOS

G.U. no está tan autosatisfecho como un sujeto llamado Bolaños, nada menos que ministro de Justicia; un personajillo deleznable, según reza alguna de las acepciones de la RAE (ojo al dato: no es el único). 


Bolaños: «Quiero concluir felicitándome»

A mí mismo. Sí. Un ministro se felicita a sí mismo. ¿A ustedes les parece normal? A G.U. no, la verdad.
Sin embargo, no inquietarse: hablamos hoy de temas un poco menos sórdidos. La música nos ayudará.




A G.U. —como a F.C.— le importa muy poco, a la hora de apreciar su arte, la ideología de un artista y si era xenófobo, pederasta, asesino, "borracho, parrandero y jugador". Le importa su arte y nada más.

Está radicalmente en contra de eso que llaman ahora "cancelación", censura que se realiza a un cierto autor por uno de los motivos antes enunciados, o por otros. Richard Wagner (1813-1883), sin ir más lejos —un músico que gusta mucho al susodicho F.C. (aunque asegura que cada vez menos)—, fue un antisemita declarado y un fanático xenófobo admirado por Hitler, claro. Un tipo soberbio, de vida algo disoluta, perseguido por acreedores enfurecidos y por maridos cornúpetas. ¿Qué más le dará a G.U? NADA.

Rossini decía de Wagner que tenía muy buenos momentos musicales, pero algunos malos cuartos de hora. Pues bien, los diez minutos que les ofreremos más abajo, en el preludio de la ópera Lohengrin, quizá están entre lo mejor de esos buenos momentos. Sus obras requerían de una gran orquestación y, tal vez por ello, se ha dicho que fue uno de los introductores del encaje y de la disposición, la más habitual hoy en día, de todos los instrumentos dentro de las orquestas sinfónicas. Hay directores que prefieren otra colocación en el escenario, pero, por lo que G.U. ha podido ver, ésta es la más utilizada:
No hemos ido nunca al Liceo ni, por tanto, asistido a ninguna ópera de Wagner ni escuchado entera ninguna en disco. Nos abruma un poco todo eso y, a mayor abundamiento, no nos gusta nada la Cabalgata de las Walquirias, esa que "amenizaba" el vuelo de los helicópteros en Apocalipsis Now.

Pero hemos visto y oído alguna vez en el Palau de la Música, y después escuchado muchas veces en disco, su preludio al primer acto de Lohengrin. Esa música infinita, el sonido alargado de los violines, el contrapunto de las distintas voces, la manera de entrar los instrumentos de viento, en fin, esas cosas que le hacen alcanzar, a nuestro modesto modo de oír, una perfección absoluta. ¿Que ese tipo era un ser presuntuoso, abyecto y un poco sinvergüenza? Quizá sí, pero ¿qué mas da? Ahí está su música.

Richard Wagner: Prelude to Lohengrin, Simon Rattle, Berliner Philharmoniker, 2012

¡Altavoces a tope!, que el sonido es muy sutil...

lunes, 4 de marzo de 2024

Ramón Masats, DEP

         Ramón Masats (VEGAP) , Mercat de Sant Antoni, 1955
Ramón Masats (VEGAP), Casa de Campo, Madrid, 1959.
Ramón Masats (VEGAP), Madrid, 1959
Ramón Masats (VEGAP), Tierra de Campos (Valladolid), 1962
         Ramón Masats (VEGAP), Jerez de la Frontera (Cádiz), 1963
Ramón Masats (VEGAP), Cursillo de cristiandad, Toledo, 1957
Ramón Masats (VEGAP), Torremolinos, 1957
Ramón Masats (VEGAP), Museo del Prado, 1958
Ramón Masats (VEGAP), Seminario, Madrid, 1960.
[Masats abjuró de esta foto suya, que se convirtió en icónica, quizá la que se hizo más famosa. Siempre se le ha solido identificar con esta imagen. Según él, parecía como si fuera la única que había tomado en toda su vida. Pero así son los iconos: se suelen escapar al control de sus autores. DEP.]
Ramon Masats, panel 1 / [granuribe50]
Ramon Masats, panel 2 / [granuribe50]


Un sentido adiós de su discípulo Chema Conesa: Ramón Masats, el maestro indiscutible
   
Enlace a El blog del gran Uribe: Dos grandes: Ramón Masats y Miguel Delibes

martes, 27 de febrero de 2024

Edward Hopper y la gira en un Peugeot 407

Edward Hopper, Gaz (1940) / [infografía: granuribe50]
La referencia a Hopper está clara en la imagen. Por lo que al Peugeot se refiere, recordemos el año antes de las primarias del PSOE, Pedro Sánchez recorrió todos los rincones de España en un coche Peugeot 407 —una gira que empezó en octubre de 2016— promocionando su candidatura. Fue tratado el asunto puntualmente en este blog, en la entrada Hoy inicia su gira Pedro Sánchez.

Pues bien, las malas lenguas de la "fachosfera" (hay muchas) aseguran que lo acompañaban en aquella singladura tres hirsutos sujetos de turbia mirada, a saber: el portero y aizkolari Koldo García (al volante del Peugeot a ratos, relevando a Sánchez), José Luis Ábalos y Santos Cerdán, unos tipos —los cuatro—a los que no conocíamos casi de nada hace ocho años, por suerte. Ahora sí.

lunes, 26 de febrero de 2024

La Casa Muñoz Ramonet y sus jardines

Aprovechando que G.U. salía del dentista, con una muela nueva y los bolsillos vacíos, pero los pies ligeros, se ha llegado hasta la calle Muntaner, en pleno barrio de Galvany, de Barcelona. Es un barrio de gran actividad, con un hermoso mercado y muchas cuestas. La Fundación Barraquer está muy cerca.

Palau del Marqués d´Alella  en 1940 / [Fotografía: Fundación Julio Muñoz Ramonet]
Por allí está situado el Palau del Marqués d´Alella, más conocido ahora como Casa Muñoz Ramonet, su último dueño. Ya saben, Julio Muñoz Ramonet fue un turbio sujeto que hizo su fortuna tras la guerra civil mediante oscuros negocios relacionados con el estraperlo. Hasta el punto de que hubo una época en la que se consideraba que era el tipo más poderoso de Barcelona, quizá debido a su buena relación con los servicios secretos de Franco. El hombre estaba bien situado en las esferas del poder, sin duda. 

Llegó a ser dueño de decenas de inmuebles y terrenos, de los almacenes El Águila, El Siglo, la colonia Batlló, etc., amén de varias inmobiliarias. Se dice que encendía los puros con billetes de mil pesetas, aunque puede que sea una leyenda urbana sin fundamento alguno. Y puestos a decir, se dice también que era muy conocido en los burdeles de más "alto standing" de la ciudad. Sea como fuere, qué más da, las cosas no le fueron bien y acabó sus días en Suiza, al parecer huyendo de sus acreedores.

Palau del Marqués d´Alella (Casa Muñoz Ramonet) / [granuribe50]
Aquí tienen lo que se ve nada más acceder al jardín. El Palau del Marqués d´Alella lo diseñó en 1917 nada más y nada menos que Enric Sagnier (1858-1931). Un arquitecto muy bueno, pero que ha sido bastante ninguneado, quizá porque no practicaba el modernismo al uso. Pero se movía como pez en el agua en los medios de la alta burguesía, la aristocracia (a la que pertenecía) y la Iglesia. Es por ello que consiguió numerosos y excelentes encargos, que solventaba minuciosamente y con gran eficacia. Practicó un estilo ecléctico que siempre se adaptó a las necesidades del propietario, utilizando una gran diversidad de elementos clásicos, medievales, platerescos, etc.

En Barcelona hay todavía muchísimos edificios proyectados por él, pero por desgracia han desaparecido bastantes, algo que no hubiera ocurrido hoy en día. Casas entre medianeras o en chaflán, escuelas, palacetes, iglesias (no solo el templo del Tibidabo, que también) y grandes edificios como la Aduana o el Palacio de Justicia. Algún día hablaremos de él con detenimiento, pero avui no toca, como diría Pujol.

Palau del Marqués d´Alella (Casa Muñoz Ramonet) / [granuribe50]
La entrada está situada en un lateral del edificio, y está presidida por este sencillo y elegante porche, con arcos carpaneles, columnas clásicas y capiteles de tipo corintio.
Palau del Marqués d´Alella (Casa Muñoz Ramonet) / [granuribe50]
Palau del Marqués d´Alella (Casa Muñoz Ramonet) / [Fotografía: Fundación Julio Muñoz Ramonet]
No se puede acceder al interior, pero desde el porche se puede ver una parte del gran hall de entrada con su escalera, espléndida, un lugar donde pendían numerosos cuadros, según hemos visto en fotos antiguas. El palacio tiene también pinturas de Josep Mª Sert, pero ignoramos si siguen allí.
Esculturas de Josep Dunyach. Jardines del Palau del Marqués d´Alella (Casa Muñoz Ramonet) / [granuribe50]
El caso es que el susodicho Julio Muñoz Ramonet había adquirido la finca en 1945 a la hija del Marqués de Alella y allí vivió hasta su muerte en 1991. Pasó entonces a manos del Ay Untamiento, entidad a la que había legado en testamento con todo su contenido, más de quinientos buenos cuadros, entre otras cosas de mucho valor. La condición era que se montara una Fundación, como así ha sucedido. Pero el testamento fue impugnado por las hijas y se ha solucionado el asunto recientemente. Aunque las mejores pinturas volaron con destino desconocido, acabaron apareciendo hace tres años.

Ahora los jardines se pueden visitar cada día, pero no sabemos si el interior también. Ignoramos lo que quieren hacer allí dentro, aunque se habla de un centro cultural, una solución socorrida. Hasta que no se concrete el asunto, nos conformamos con los jardines. Aunque no sean extensos, están muy bien.
Jardines del Palau del Marqués d´Alella (Casa Muñoz Ramonet) / [granuribe50]
Y es que los jardines fueron proyectados por Forestier; ahí es nada, el afamado paisajista francés que diseñara bastantes parques en España. Pero en los años cincuenta sufrió una importante remodelación, ya que una parte de la finca se vendió para hacer pisos y ahora queda lo que queda.
Jardines del Palau del Marqués d´Alella (Casa Muñoz Ramonet) / [granuribe50]
Por ejemplo, quedan unas esculturas excelentes de Josep Dunyach y de Vicenç Navarro, que resultan muy evocadoras y confieren al lugar un especial encanto. También hay dos estanques, que ahora no contienen los habituales nenúfares, y unas pérgolas. Unas sillas dispersas permiten sentarse a oír los pajarillos que pululan por allí o leer un libro con tranquilidad, alejados de la ruidosa calle Muntaner.
Esculturas de Josep Dunyach. Jardines del Palau del Marqués d´Alella (Casa Muñoz Ramonet ) / [granuribe50]
Las esculturas de los artistas citados, Dunyach y Navarro, se distribuyen por todo el jardín; una presencia amigable que ha encantado a G.U., que disfruta mucho con estos detalles clásicos.
Fachada del Palau del Marqués d´Alella (Casa Muñoz Ramonet) / [granuribe50]
La fachada, con sus tres puertas de arcos de punto que dan a los salones, columnas clásicas, balconera corrida, galerías y torres que constituyen un conjunto equilibrado y bien compuesto.
Jardines del Palau del Marqués d´Alella (Casa Muñoz Ramonet) / [granuribe50]
En este estanque tan evocador suele haber nenúfares y también agua que corre creando un agradable rumor que tamiza el ruido del tráfico, pero la sequía nos ha impedido disfrutar de ello. Josep Dunyach (1886-1927) fue un buen escultor formado en París, donde recibió influencias de Rodin y Maillol, entre otros. Hay alguna otra obra suya en el parque de la Ciudadela y en la plaza Cataluña. 
Dona asseguda (Josep Dunyach). Jardines del Palau del Marqués d´Alella (Casa Muñoz Ramonet) / [granuribe50]
No son muy habituales espacios así en esta ciudad y conviene disfrutarlos. Nos vamos satisfechos. 

lunes, 19 de febrero de 2024

Revisitando una obra de Gaudí

la La finca que el señor Eusebi Güell, mecenas de Antoni Gaudí, tenía en el S. XIX en Barcelona (en la zona de Les Corts), por encima de la Diagonal, comprendía los terrenos del actual palacio de Pedralbes, de la facultad de Derecho y un amplio terreno en el que el propio Gaudí diseñó los conocidos como Pabellones Güell, con la vivienda del portero y unas caballerizas para guardar catorce caballos. 

Antoni Gaudí, Planta y sección de los Pabellones Güell (1884) [Del libro La lección de Gaudí, Carlos Flores]
 Hito con la inicial de Gaudí y fecha [granuribe50]
G.U. conoció bien dichas caballerizas porque albergaron hasta 2008 la Catedra Gaudí, de la que era titular el arquitecto Joan Bassegoda (en la imagen inferior) —un erudito de la obra de Gaudí—, ya que en ese lugar estuvo realizando en los años ochenta un trabajo de doctorado propuesto por él.
Joan Bassegoda trabajando en 2006 en la Cátedra Gaudí, situada en las caballerizas / [Wikipedia]
Ayer tuvo ocasión de volver allí porque, aunque está en fase de rehabilitación, los sábados se puede visitar la zona donde estaba situada la cátedra. La que era la entrada principal de la finca, orientada al norte, tiene como cierre la espectacular puerta del dragón, también diseñada por Gaudí.
Puerta de acceso a los Pabellones Güell / [granuribe50 (17/2/2024)]
Puerta de acceso a los Pabellones Güell (detalle) / [granuribe50 (17/2/2024)]
El conjunto está formado por dos pabellones: la portería y las caballerizas, que constan de cuadra para los caballos y picadero. La obra data de 1884. La cuadra es de planta rectangular, cubierta con una serie de bóvedas tabicadas sustentadas por arcos transversales parabólicos que anticipan ya los pasillos del colegio de las Teresianas y el desván de La Pedrera. En los boxes para los caballos, Bassegoda tenía situadas las vitrinas de la bien surtida biblioteca de la cátedra, dotada con unos libros increíbles.

Antoni Gaudí; interior de la cuadra de las caballerizas de los Pabellones Güell / [granuribe50 (17/2/2024)]
Antoni Gaudí; interior de las caballerizas de los Pabellones Güell / [granuribe50 (17/2/2024)]
Antoni Gaudí; interior de las caballerizas de los Pabellones Güell / [granuribe50 (17/2/2024)]
El picadero es de base cuadrada que se achaflana en las cuatro esquinas, dando lugar a un octógono sobre el que se dispone una cúpula de revolución, con linterna, tambor de luces y cupulino. Todavía no ha sido rehabilitada la bóveda, aunque también se puede visitar ese espacio.
Antoni Gaudí; linterna y bóveda del picadero de los Pabellones Güell / [granuribe50 (17/2/2024)]

Antoni Gaudí; picadero y cuadra de las caballerizas de los Pabellones Güell / [granuribe50 (17/2/2024)] 
El exterior está inspirado en temas orientales y en el arte mudéjar y nazarí, a la sazón tan en boga. Gaudí emplea con creatividad el ladrillo, con gran profusión de azulejería, cartelas de ladrillo visto, remates en forma de templete o cúpula, etc. En fin, esperaremos a que acaben las obras para volver.
Antoni Gaudí; exterior delas caballerizas de los Pabellones Güell / [granuribe50 (17/2/2024)] 
Antoni Gaudí; exterior delas caballerizas de los Pabellones Güell / [granuribe50 (17/2/2024)] 
Antoni Gaudí; exterior de las caballerizas de los Pabellones Güell / [granuribe50 (17/2/2024)] 
Antoni Gaudí; exterior de las caballerizas de los Pabellones Güell / [granuribe50 (17/2/2024)] 
Antoni Gaudí; exterior de las caballerizas de los Pabellones Güell / [granuribe50 (17/2/2024)] 
Antoni Gaudí; cubiertas de los Pabellones Güell, con las bóvedas tabicadas / [Fotografías: Carlos Flores]
[Del libro La lección de Gaudí, Carlos Flores, Ed. Espasa, 2002]
Nos despedimos del amenazante dragón, quizá lo más conocido de este lugar, y nos vamos por donde hemos venido, con un poco de nostalgia por aquella época en que G.U. estuvo un mes allí, haciendo un trabajo para el señor Bassegoda y consultando su extensa biblioteca. Algún día hablaremos de aquello.
Puerta de acceso a los Pabellones Güell / [granuribe50 (17/2/2024)]

No sabemos a qué se dedicará este espacio en el futuro, quizá solo a visitas, que es lo que da dinero. Tampoco sabemos en qué quedará la restauración de los interiores, si se dejará visto el ladrillo de las bóvedas o no. En cuanto a los jardines, muy descuidados ahora, a ver qué pasa con ellos, si hacen algo. En fin, cuando acaben las obras ya se podrá visitar la vivienda del portero. Hasta entonces...
Pabellones Güell (en obras) desde la avenida de Pedralbes / [granuribe50 (17/2/2024)]